El aroma de la identidad: La forma de vida migrante
SHAHANA PURVEEN | 15 DE AGOSTO 2020 | TRADUCIDO DEL INGLÉS | ROUTED Nº11
Varios alimentos nororientales empaquetados y fermentados. Imagen de Dr Tejeswar Karkora, tomada durante su trabajo de campo en la región del Noreste en India.
La transformación de Delhi en una ciudad global ha creado nuevos espacios y nuevas oportunidades para grupos diferentes. Uno de estos grupos son los migrantes de la región más oriental de India. Está formada por los estados conocidos como las Siete Hermanas: Arunachal Pradesh, Assam, Manipur, Megalaya, Mizoram, Nagaland y Tripura; y un estado hermano, Sikki. Los migrantes del Noreste que residen en Delhi son consumidores, proveedores de servicios y estudiantes en distintas universidades e instituciones académicas. La migración desde el Noreste hacia Delhi lleva produciéndose desde la Independencia de India en 1947, pero los datos no se han registrado con precisión. El Centro y Teléfono de Apoyo del Noreste estima que el número de migrantes nororientales en Delhi es de aproximadamente 200.000 personas, que representan el 48,21% del total de la población de migrantes nororientales en ciudades indias.
La migración desde la región del Noreste a Humayunpur es un proceso socio-sensorial en el cual los migrantes no solo llevan consigo su lengua y religión sino también sus hábitos alimentarios. Al trasladarse entre origen y destino, incluyen en su equipaje unos mínimos para la supervivencia. Para conseguir provisiones locales, exploran los mercados en su lugar de destino y mantienen los lazos con sus homólogos locales. Al hacer esto, evitan enfrentarse a una falta de comida tradicional y de empatía. Humayunpur es sin duda uno de los lugares que visitan los nororientales según llegan a Delhi. Situado en el centro sur de la ciudad, este lugar proporciona un sentimiento de familiaridad cultural en medio del aislamiento social de la capital nacional. La mayor parte de los migrantes de la región del Noreste suelen ir allí a comprar a las tiendas de alimentación y a tomar platos tradicionales en distintos establecimientos de comida. Humayunpur les ofrece una semejanza con su hogar: rostros familiares, el sonido de varias lenguas nororientales y el olor inusual, aunque suave y agradable, de la comida nororiental, que impregna cada esquina.
El fenómeno de la comida “forma parte de las identidades étnicas y tribales” (como escribe Duncan McDuie-Ra en su libro de 2012 Northeast Migrants in Delhi: Race, Refuge and Retail [“Migrantes nororientales en Delhi: Raza, refugio y comercio al por menor”], página 154) y es “fundamental en las relaciones dentro de los grupos étnicos” (según la investigación de Dolly Kikon de 2015). “Comerse al Otro” también tiende puentes entre la Sociedad receptora y los migrantes. Millones de migrantes nororientales dan a conocer su cocina tradicional a los habitantes de Delhi, integrándose así más en la ciudad. Las comidas tradicionales nororientales incluyen pescado fermentado (ngari), cerdo y ternera secos (sagop), brotes de bambú (gotoi), mandioca (baal) y caracoles (tuilung). Mientras que la carne (cerdo, ternera, pollo y cordero) se encuentra con mucha facilidad en la ciudad, otros alimentos que no están disponibles se traen ocasionalmente desde los estados de origen. Estos migrantes, que manifiestamente prefieren la cocina tradicional, intentan obtener estos alimentos con la mayor regularidad posible. El consumo de comida tradicional les produce una sensación de satisfacción y alegría, ya que se sienten en casa. Este sentimiento lo consiguen evocar en Humayunpur, donde se encuentra una variedad de restaurantes que sirven cocinas auténticas —ya sea la picante cocina de Assam o las masalas de Tripura, el pescado de Manipur o la carne tierna de Nagaland, los fideos de Sikkim o los momos de Arunachal Pradesh. No hay nada que los migrantes no puedan encontrar en Humayunpur. Aquí, un puñado de tiendas de alimentación venden distintos tipos de especias, así como pescado seco, raja mirchi o bhut jolokia (chile fantasma), anishi (hojas de taro), encurtidos personalizados y preparados en el lugar, y muchos otros artículos para las necesidades diarias. En definitiva, este lugar es una bendición para todos los hogares nororientales y para los estudiantes que echan de menos sus raíces en una ciudad extraña. La música también une a estos migrantes y les hace conectar con otras personas procedentes de las tierras altas. Se juntan en esta zona para tocar y cantar.
Junto a la comida y la música, este lugar tiene algunas tiendas que venden pantalones cortos, zapatos, vestidos elegantes, camisetas, gorras, bolsos y otros accesorios para montañeses amantes de la moda. Lo que fue en otro tiempo un pueblo urbano habitado por jats (una casta históricamente dedicada a la agricultura) es hoy un segundo hogar para la mayoría de los montañeses que viven en el interior. Por ello, la cultura local se ve, huele y sabe muy diferente a como se suele representar la interacción entre comunidades migrantes y receptoras. Las parejas de Delhi que quieren probar nuevas cocinas visitan con frecuencia Humayunpur para conocer la cocina de la región del Noreste de India y tejen su tapiz de amor y afecto a través de esta experiencia sensorial.
Shahana Purveen
Shahana Purveen, investigadora en el Tata Institute of Social Sciences. Está especializada en el área de la migración interna en India. También ha publicado varios artículos en este ámbito.