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COVID-19 y la mano de obra móvil de Canadá

BARBARA NEIS, KERRI NEIL & KATHERINE LIPPEL  |  20 DE JUNIO 2020  |  TRADUCIDO DEL INGLÉS  |  ROUTED Nº10
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Imagen de Anna Shvets en Pexels.

Restringir la movilidad es un elemento central para la prevención y el control de los contagios de COVID-19. Desde mediados de marzo de 2020, se les ha dicho a los canadienses que la mejor forma de controlar la pandemia es quedarse en casa. Sin embargo, una población inmovilizada necesita acceder a bienes y servicios esenciales, como la atención sanitaria y los cuidados en casa, la alimentación, la industria (por ejemplo, para equipos médicos), la construcción y el mantenimiento y los servicios de transporte de bienes y personas que siguen en movimiento.

 

Durante los últimos 8 años, el On the Move Partnership (OTM, “Asociación En Movimiento”) ha examinado los patrones y consecuencias de la movilidad relacionada con el trabajado para lo que llamamos la “mano de obra móvil”. Esta constituye aproximadamente el 16% de la población canadiense activa que realiza una movilidad diaria compleja o prolongada, quienes viajan a otras regiones o provincias/territorios por trabajo, los trabajadores del transporte y el sector pesquero y los migrantes internacionales que llegan a Canadá para trabajar en diversos sectores. Aquí presentamos algunos de las observaciones de la serie de OTM sobre el COVID-19 y la mano de obra móvil, un documento de trabajo y un conjunto de blogs que vinculan ideas de los medios y los documentos políticos a los resultados de las investigaciones de OTM.

 

Estas observaciones incluyen un recordatorio de que la movilidad laboral compleja o prolongada es en el mejor de los casos complicada. En el contexto del COVID-19, los trabajadores móviles nacionales e internacionales pueden verse expuestos durante sus trayectos al trabajo (especialmente si viajan en transporte abarrotado, público o privado) así como en el trabajo y, en su caso, cuando viven en sus lugares de trabajo (como en los campos de trabajo) y pueden llevar el virus a sus familias y comunidades. Las opciones de transporte se han reducido; la incertidumbre, los costes y el tiempo de los viajes han aumentado con el COVID-19 para muchos. En el contexto del empleo de controles y cierres de fronteras federales y provinciales para gestionar los riesgos de contagio relacionados con la movilidad, las personas cuyo trabajo les hace trasladarse a través de fronteras provinciales e internacionales se enfrentan a desafíos particulares.

 

Los trabajadores extranjeros temporales (temporary foreign workers o “TFW”), que desempeñan un papel fundamental en la agricultura canadiense, la industria agroalimentaria y el trabajo de los cuidades, pueden verse detenidos por los cierres temporales de fronteras en sus países de origen, en la frontera canadiense y en las fronteras provinciales. Por ejemplo, New Brunswick suspendió recientemente el empleo de trabajadores extranjeros temporales en la provincia. Los requisitos de aislamiento y distancia social para los TFW cuando llegan a sus lugares de trabajo están poniendo de relieve los problemas, ya extensamente documentados, de las viviendas abarrotadas y de baja calidad en el ámbito de la agricultura. Las condiciones de trabajo, como las líneas de producción abarrotadas y los problemas de ventilación en las industrias cárnicas han contribuido a algunos de los mayores brotes en Canadá, que comenzaron en los trabajadores y se extendieron luego a la comunidad. En High River, Alberta, estos riesgos se vieron agravados por el hecho de que los trabajadores de salarios bajos con estatus vulnerable suelen compartir la vivienda y el transporte.

 

Los trabajadores interprovinciales están afectados por los controles de fronteras en las provincias, incluido el requisito de demostrar que están realizando un trabajo esencial y, para algunos, ponerse en cuarentena en la provincia o territorio en el que trabajan antes de acudir a su puesto de trabajo y, para muchos, antes de regresar a casa. Como explica Sara Dorow en su blog, para quienes trabajan en un sistema de fly-in/fly-out (con contratos que les obligan a desplazarse temporalmente en avión al lugar de trabajo) o drive-in/drive-out (si se desplazan por carretera) y rotan de una provincia a otra, las medidas contra el COVID-19 pueden impedirles viajar o ir a trabajar si presentan síntomas. También está llevando a que las rotaciones sean más largas y los trabajadores pasen menos tiempo con sus familias, empeorando los riesgos ya graves para la salud mental entre estos trabajadores y sus comunidades. Quienes viven en campos pueden tener un alto riesgo de contagio y, como demuestra el rastreo a los trabajadores del campo de Kearl Lake en Alberta, de transmitir el virus a múltiples provincias y comunidades a menudo lejanas

 

La cobertura mediática del COVID-19 ha sacado a la luz los problemas documentados del sistema canadiense de cuidados prolongados, que incluyen el abarrotamiento, la gran dependencia de las agencias de empleos temporales y los salarios relativamente bajos de los trabajadores que tienen que trabajar en varios empleos a la vez para conseguir ganarse la vida. La movilidad entre los lugares de trabajo ha contribuido al riesgo de extender la enfermedad y ha llevado a la puesta en marcha de algunas medidas para limitar el empleo a un solo lugar de trabajo y a un aumento de los salarios, pero no todos los trabajadores se han beneficiado de estas medidas.

 

Como se apunta en el blog de Natasha Hanson, los camioneros están considerados esenciales pero necesitan acceder a infraestructuras básicas que den apoyo a su movilidad, como lugares para descansar, comer y hacer descansos cuando no están trabajando o en la carretera. El acceso a estas infraestructuras se vio alterado en los primeros días del confinamiento. El blog de Desai Shan muestra cómo los pescadores han quedado inmovilizados en sus embarcaciones sin permiso para poder bajar a tierra, mientras se les extendían los contratos más allá de las duraciones máximas normales impidiéndoles regresar a casa junto a sus familias. Esto los pone en riesgo de sufrir accidentes relacionados con la fatiga y puede tener efectos graves para su salud mental

 

Como explica Tim Cresswell en su blog, la pandemia ha expuesto vulnerabilidades esenciales que trae aparejadas la hipermovilidad de los bienes, los servicios y las personas, como premisa fundamental del mundo en el que vivimos. Una fuente principal de vulnerabilidad es que a menudo los decisores políticos conocen poco y no saben anticipar las necesidades y las dinámicas de la movilidad laboral, lo que resulta en intervenciones tardías y fragmentadas, un aumento del riesgo de contagio y un aumento de los desafíos para los trabajadores móviles, sus familias y sus comunidades. Un mayor conocimiento sobre quién se mueve, por qué, hacia dónde, qué medios de transporte emplea, en qué condiciones lo hace, qué derechos tiene y qué consecuencias conlleva para los trabajadores y sus familiares, empleadores y comunidades nos habría preparado mejor para gestionar la movilidad laboral que aún sigue en marcha, así como su impacto sobre la transmisión del virus. Una atención más temprana y sistemática a las vulnerabilidades documentadas relacionadas con el trabajo móvil (como los problemas de vivienda, condiciones de trabajo e infraestructuras de apoyo) habría hecho más fácil y seguro para ellos seguir realizando el trabajo necesario para proporcionar los bienes y servicios esenciales para dar una respuesta efectiva a la pandemia, incluyendo hacer viable, para quienes podemos, regresar y quedarnos en casa.

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Barbara Neis

Barbara Neis (Ph.D., F.R.S.C, C.M) es directora del proyecto On the Move Partnership, que recibe fondos del Social Sciences and Humanities Research Council, la Canadian Foundation for Innovation e InnovateNL. Es Profesora Distinguida de la Cátedra John Lewis Paton en la Facultad de Sociología de la Memorial University de Newfoundland y su investigación se especializa en el trabajo y la movilidad y la salud laboral, centrándose en las comunidades costeras rurales y remotas. On the Move está en Twitter como @OTMPartnership.

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Kerri Neil

Kerri Neil (M.A.) es coordinadora de comunicaciones para On the Move Partnership. Ayuda a facilitar las comunicaciones dentro del equipo y entre la asociación y la comunidad. Su investigación de máster se centró en el programa canadiense de trabajadores extranjeros temporales como instrumento para explotar a los trabajadores inmigrantes. Twitter: @kerriclaireneil.

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Katherine Lippel

Katherine Lippel (LLL, LLM, FRSC) es profesora y Catedrática Distinguida de Investigación en Derecho de Seguridad y Salud Laboral en la Facultad de Derecho (Departamento de Derecho Civil) en la Universidad de Ottawa. Su investigación se especializa en las cuestiones normativas relacionadas con la salud y la seguridad laboral y las indemnizaciones a los trabajadores. Síguele en Twitter @katherinelippel.

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