Cómo los institutos de investigación del Sur Global pueden utilizar el COVID-19 en su propio beneficio
ELENA HABERSKY | 24 DE OCTUBRE 2020 | ROUTED Nº12 | TRADUCIDO DEL INGLÉS POR MAGDA R. DEHLI
Nuevo campus de la AUC en El Cairo. Imagen de la autora.
Egipto: La encrucijada de la migración
Cuando una piensa en Egipto, le vienen a la mente imágenes de las pirámides, los templos antiguos, la hermosa arquitectura islámica, la ciudad cosmopolita de Alejandría, y los beduinos del desierto del Sinaí.
Aunque estas imágenes son representativas de la esencia de Egipto, también cuentan otra historia: la de las migraciones. Sin las conquistas de los Fatimíes o Alejandro Magno, los viajes de los beduinos o los griegos e italianos residentes en Alejandría a comienzos del siglo XIX, Egipto no sería lo que es hoy. Por tanto, es natural que un centro de investigación sobre migraciones ocupe un lugar especial en el ámbito académico de la capital de Egipto.
El Centro de Estudios sobre Migraciones y Refugio (CMRS por sus siglas en inglés) es un centro interdisciplinar situado en el corazón de la encrucijada de Oriente Próximo y el Norte de África en el Cairo. Desde su fundación en el año 2000 por Barbara Harrell-Bond, ya fallecida, las funciones del CMRS incluyen la educación, la investigación, la formación y la divulgación. También ofrece un Máster y un diploma en Estudios sobre Migraciones y Refugio. El crecimiento e impulso de este programa de máster sufrió una brusca parada en 2012, tras la Revolución Egipcia de 2011, al recibir únicamente las candidaturas de aquellos con experiencia previa en la región o ciudadanos egipcios. Aunque muchos veían la seguridad en Egipto como una amenaza para avanzar en su educación, el CMRS sigue graduando a estudiantes bien formados y produciendo investigación de calidad con la perspectiva desde el Sur Global, un enfoque muy necesario en la tensa politización de las migraciones hoy en día.
Coronavirus y Egipto: Encontrar una oportunidad en la pandemia
Justo cuando el volumen de matrículas estaba empezando a volver a los niveles anteriores a 2011, la aparición del coronavirus ha paralizado abruptamente la mayor parte de la educación internacional, ya que muchos estudiantes y sus familias tienen miedo a viajar al extranjero con fines educativos. Para desconcierto de muchos periodistas internacionales —como puede verse aquí, aquí y aquí—, el continente africano está haciendo un buen trabajo en el control y la mitigación de los efectos del COVID-19 dentro de sus fronteras. Aunque Egipto tiene uno de los números más elevados de casos en el continente después de Sudáfrica, sus cifras están muy lejos de las que se ven en Europa o Norteamérica y la vida a regresado a una suerte de normalidad para muchos. Sin embargo, viajar es hoy más complicado a escala global debido a los requisitos de pruebas PCR y las cuarentenas obligatorias, y es poco probable que los centros de enseñanza que reciben un número considerable de estudiantes internacionales vuelvan a operar con normalidad en el corto plazo.
Debido a estas preocupaciones sanitarias y de seguridad, que llevan a que la mayoría de las personas viajen solo si es necesario para minimizar el potencial contagio y exposición, así como a los grandes prejuicios que consideran que la educación en el Sur Global no cuenta con los recursos disponibles para hacer frente a una crisis grave, la aparición del coronavirus puede presentar dos oportunidades para que un centro como el CMRS pueda demostrar su labor educativa e investigadora en la nueva normalidad en la que nos encontramos.
En primer lugar, aunque los centros de investigación como el CMRS suelen estar en contacto con grandes ONG, Naciones Unidas y centros de investigación en el Norte Global para colaborar en proyectos de investigación y otros ámbitos, a menudo parece que el trabajo que llevan a cabo sus contrapartes en el Norte Global eclipsa el realizado en el Sur Global. Solo el año pasado, CMRS ha publicado tres informes de investigación, numerosos artículos y un informe de políticas para una audiencia global, y también ha celebrado tres congresos y un taller internacionales en los que han participado académicos de Ghana, India, Bangladesh, Reino Unido, Líbano, Costa Rica, Egipto, Estados Unidos, Suiza, Jordania e Italia.
Cada vez más académicos, profesionales y periodistas tratan de cambiar el marco narrativo de las migraciones, y los institutos de investigación del Sur Global, donde tiene lugar la mayor parte de las migraciones, tienen la oportunidad de aprovechar la nueva dependencia de los eventos digitales para presentar su trabajo. Esto ya ha se ha puesto en marcha en el CMRS este verano, a través de webinars y seminarios de investigación virtuales, incluyendo uno sobre “COVID-19 y migración laboral internacional en Oriente Próximo” y otro sobre “Impactos del COVID-19 sobre la migración en el espacio euromediterráneo”. Este trabajo continuará durante el semestre de otoño de 2020 con una serie de seminarios virtuales, iniciados por la Dra. Barbara Harrell-Bond para reunir a la comunidad cairota y debatir sobre temas importantes en el ámbito de las migraciones. Ahora la comunidad puede ser global en lugar de local, y estos eventos pueden realmente enseñar el trabajo y las colaboraciones que un centro como el CMRS promueve en su día a día.
La próxima generación de académicos
En segundo lugar, con la nueva suspensión de candidaturas internacionales que estaban volviendo a recuperarse, la administración de la AUC, junto con el CMRS que atrae a muchos candidatos desplazados, tiene ahora la oportunidad de centrarse en aceptar a los estudiantes refugiados presentes en Egipto a través de becas establecidas por la universidad, así como por sus socios internacionales. Esto haría que el programa siga creciendo y ofrecería una oportunidad valiosa para los refugiados para quienes el acceso a la educación superior puede resultar muy difícil.
Como demostró el proyecto Derechos de los Refugiados en el CMRS, los refugiados suelen tener dificultades para acceder a la educación terciaria debido a su coste prohibitivo. Aunque muchos solicitantes de asilo y refugiados acceder a la educación superior a un precio equivalente al de las personas con nacionalidad del país, esto sigue siendo difícil ya que tienen prohibido el acceso al empleo, con lo que muchos trabajan en el sector informal y están expuestos a diversas formas de explotación. Sin embargo, la AUC tiene ahora una beca para estudiantes refugiados y cuenta también con financiación del Departamento de Estado de EE.UU. a través de la Tomorrow’s Leaders Fellowship (Beca para los Líderes del Mañana), que incluye a los sirios desplazados que viven fuera de su país. Otros deberían considerar también la opción de financiar a los próximos académicos y profesionales en el ámbito de las migraciones, y qué mejor lugar para hacer esto que una ciudad tan metropolitana como El Cairo.
La mirada sobre el Sur Global
Aunque Egipto y el continente africano en su totalidad han hecho hasta ahora un buen trabajo frente al COVID-19, buena parte de las colaboraciones presenciales y de los viajes internacionales han quedado suspendidos, incluidos los de los potenciales estudiantes que iban a proseguir su educación en un país extranjero. Aunque para muchos esto es una consecuencia negativa, para un centro como el CMRS esta pandemia puede ser una oportunidad para llegar con la educación y la investigación a poblaciones antes inalcanzables.
Elena Habersky
Elena Habersky es la actual Directora del Proyecto Derechos de los Refugiados (Refugee Entitlements) en el Centro de Estudios sobre Migraciones y Refugio en la Universidad Americana de El Cairo. En los últimos siete años ha trabajado con poblaciones refugiadas urbanas y ha investigado en Amman, El Cairo y Kampala. Tiene un Grado en Estudios Internacionales de la Universidad de Scranton y un Máster en Estudios sobre Migraciones y Refugio del CMRS. Síguela en Twitter/Instagram: @bur_ski