Y siguieron dando vueltas: Reseña de MDGs: Mzungus in Development and Governments
MAGDA RODRÍGUEZ DEHLI | 14 AUGUST 2021 | ROUTED Nº16 | TRADUCIDO DEL INGLÉS POR LA AUTORA
Imagen de portada de MDGs: Mzungus in Development and Governments. Reproducida con permiso del autor.
La distinción entre “expatriados” y migrantes, en función de la nacionalidad, la clase y la libertad con que pueden atravesar fronteras, puede ser a veces problemática, en especial cuando los primeros recurren a ella para distanciarse de los segundos. Los mzungus son un tipo particular de expatriados: aquellos que dan vueltas sin rumbo, deambulando de un en círculos de un lugar a otro y sin dejar ningún impacto tras de sí. No es ningún secreto que se pueden encontrar muchos mzungus en el sector del desarrollo, moviéndose rápidamente de un destino al siguiente y aplicando con frecuencia enfoques prefabricados para interpretar y resolver problemas locales.
En MDGs: Mzungus in Development and Governments (“Mzungus en el Desarrollo y en los Gobiernos”) seguimos los pasos de Omar Bah, un estudiante de doctorado en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de Londres, que presenta su tesis de antropología sobre la comunidad de mzungus en la República Democráticas de las Líneas Rectas (RDLR). MDGs es un cómic digital, una versión gráfica del cuaderno etnográfico del antropólogo que mantiene algunos de los elementos tradicionales de una tesis (como los títulos de las secciones y las listas bibliográficas) con un toque de humor, y combina un agudo ojo analítico con ingeniosas observaciones personales. Mediante expresivos trazos negros y gruesos, acompañados por un único color secundario en cada sección, Omar Bah presenta su experiencia estudiando mzungus y viviendo como parte de la comunidad de expatriados del desarrollo en su propio país de nacimiento. A caballo entre el mundo de los habitantes locales y el de los expatriados para investigar, se hace pasar por conductor de taxi para los mzungus del “Banco” y frecuenta los círculos de profesionales del desarrollo con la ayuda de sus dos compañeras de piso mzungus, Nagavali (una economista destinada en el Ministerio de Economía de RDLR como parte de un programa para graduados) y Greta (que trabaja para una ONG de desarrollo europea).
Conforme avanza su investigación, Omar Bah retrata con precisión el complejo ecosistema de los mzungus, desde los becarios no remunerados, volunturistas, consultores con contratos breves y directores jefe, hasta académicos, hippies nómadas, periodistas e influencers. Para los mzungus, escribe, la hipermovilidad profesional es “un ritual utilizado para mantener el sistema de poder intacto […], para que la industria siga funcionando sin hacer ninguna reflexión sobre sus fundamentos éticos o su efectividad”. En RDLR, vemos con frecuencia que los mzungus jóvenes quedan atrapados en lo que David Graeber llamaba “trabajos de mierda”, dando vueltas de uno a otro en busca de ese destino significativo que por fin les permita realizar transformaciones reales y justificar su carrera profesional. Por muy diversos que parezcan, sus trayectorias multinacionales comparten y sostienen una serie de prácticas culturales y comportamientos comunes: desde venerar las guías Lonely Planet cuando están “sobre el terreno” hasta llevar una vida social segregada de la comunidad local. La hipermovilidad, sin embargo, tiene un precio, como descubre el antropólogo a través de su propia experiencia: mantener los vínculos sociales y las relaciones a larga distancia puede ser casi imposible, debido a los constantes cambios de residencia, las diferencias horarias y los problemas de conectividad.
La desconexión de los mzungus del contexto social para el que trabajan contribuye también a la asimetría entre los expatriados y la población local, los hipermóviles y los quietos –y especialmente aquellos cuyo movimiento se considera indeseable. El comic denuncia la pervivencia de estereotipos racistas entre algunos expatriados, ya sea en el desprecio a los locales desde una “actitud de memsahib” o en la fetichización de su cultura; y examina cómo la “cadena trófica” de los mzungus crea divisiones y jerarquías internas en función de la raza, el género y el pasaporte. Aunque algunos consiguen salir adelante con visados turísticos expirados, no todos los mzungus tienen pasaportes que les permitan viajar sin límites, ni tan siquiera ser considerados como iguales por sus compañeros. Al lector no se les escapará la ironía de que se contrate a consultores hipermóviles para desarrollar programas que impidan la migración de otros, reforzando las competencias de las agencias de control fronterizo o formando a los trabajadores locales lo suficiente como para que no puedan buscar trabajo en el extranjero. Esto refleja la tendencia actual en tantos países donantes que se han sumado al mantra del “objetivo migración cero” mantra, vinculando la ayuda al desarrollo y otras políticas a regímenes fronterizos más duros, sin cuestionar la movilidad de sus propios empleados en el extranjero (incluso cuando, como hemos visto, no siempre están “bien integrados” en sus sociedades receptoras).
Las políticas y la investigación sobre migración y desarrollo también ocupan un lugar destacado en la etnografía de Omar Bah. Uno de los casos más ilustrativos es la mala gestión de los datos biométricos de menores apátridas en riesgo de deportación, engañosamente recogidos por una ONG que los comparte con el gobierno y los libera para que puedan ser utilizados en publicaciones académicas, en una operación negligente que resuena con el reciente escándalo del manejo de datos por parte de ACNUR en Bangladesh. Las malas prácticas académicas también son objeto de examen, encarnadas en un profesor europeo que se niega a reconocer el trabajo de los investigadores contratados en RDLR, y se suma con entusiasmo a la última moda de publicaciones sobre “optimización” y “emparejamiento” de refugiados (dos conceptos que ignoran la agencia y el bienestar de los refugiados en nombre de la eficiencia económica).
A pesar de sus raíces coloniales, como recuerda el abuelo de Omar Bah, las movilidades y desigualdades ligadas al desarrollo son un fenómeno profundamente contemporáneo, facilitado por el orden político y económico poscolonial, los regímenes de conocimientos y fronteras y las tendencias de la globalización que posibilitan las comunicaciones y la logística de los viajes. Las perspectivas críticas sobre el sector del desarrollo, su impacto sobre las instituciones y sociedades locales y los estereotipos que reproduce abundan dentro y fuera del sector. Tanto textos académicos, como La máquina antipolítica de James Ferguson, como la autocrítica de algunas organizaciones, como las famosas campañas audiovisuales de Radi-Aid, han examinado las deficiencias y problemas del sector del desarrollo. MDGs parte de una sólida bibliografía de estudios críticos de desarrollo y novelas gráficas, traviesamente dibujados en las estanterías del apartamento de Omar Bah, para ofrecer una perspectiva diferente sobre la comunidad mzungu que transforma la proverbial perplejidad del antropólogo en una fuente de humor y de indagación intelectual accesible.
Si estudias o trabajas en el ámbito del desarrollo, como mzungu consciente de sí mismo o como habitante local, disfrutarás de MDGs: Mzungus in Development and Governments y sus agudos comentarios sobre las movilidades y asimetrías globales que probablemente encuentren eco en tus propias experiencias. Mientras esperamos por la última entrega del segundo capítulo de los cómics, te recomendamos echar un vistazo a la colección de materiales disponible en su web (libros, artículos, vídeos, cómics y artefactos varios) para aprender, reír y sentir vergüenza ajena (y propia) por los mzungus.
MDGs: Mzungus in Development and Governments puede leerse gratuitamente en https://mdgcomics.com/phdcomic/.
Magda Rodríguez Dehli
Magda nació y creció en España y obtuvo un grado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid, con estancias en UCLA y el Institut d'Études Politiques de Lyon, antes de realizar un máster en Estudios Migratorios por la Universidad de Oxford. En la actualidad prepara los exámenes de ingreso en la administración pública española. Sus dos pasiones son cantar en la ducha y mantenerse al día de la actualidad política. Es editora en Routed Magazine.