¿Por qué (no) se marcharon? Cómo entender la (in)movilidad de los estudiantes internacionales de posgrado durante la pandemia de COVID-19
MARNIE HOWLETT & DEAN THOMPSON | 24 DE OCTUBRE 2020 | ROUTED Nº12 | TRADUCIDO DEL INGLÉS POR MAGDA R. DEHLI
Imagen de Matt Antonioli en Unsplash.
Las incertidumbres causadas por la pandemia de COVID-19 provocaron respuestas significativas en la comunidad educativa universitaria a todos los niveles alrededor del mundo. Cabe señalar en especial las reacciones de los estudiantes internacionales. Con el cierre de las fronteras nacionales y la rápida transición de los programas de estudios al ámbito digital, estas personas se vieron obligadas a decidir apresuradamente si quedarse en el país donde están sus instituciones educativas o regresar a casa. Pero, ¿qué fue exactamente lo que impulsó a algunos estudiantes a marcharse, mientras otros optaron por quedarse? ¿Cómo podemos entender los viajes de quienes corrieron a casa —a todos los rincones del mundo— en medio de la pandemia? Sobre todo, ¿qué nos enseñan estas decisiones de los estudiantes internacionales de posgrado sobre el futuro de la migración educativa y de la educación superior en general?
Al desvelar las motivaciones y experiencias que hay detrás de las (in)movilidades de reacción de los estudiantes internacionales entre marzo y agosto de 2020, nuestro proyecto explora los efectos de la pandemia sobre la educación superior, en concreto en el contexto del Reino Unido. Aunque muchos sectores de la educación superior dependen de los estudiantes internacionales, el Reino Unido se considera más abierto y acogedor que otros mercados competidores. Londres sigue siendo un destino popular para los estudiantes internacionales; aproximadamente un tercio de todos los estudiantes internacionales en el Reino Unido estudian en la capital. Por ello sondeamos a 113 estudiantes internacionales de posgrado matriculados en 17 instituciones de educación superior diferentes de Londres durante el curso académico 2019-2020. Los encuestados representaban 46 nacionalidades (el 28% de la UE) y 25 programas de posgrado (el 27% estudiantes de doctorado y el 73% de máster).
El sector de educación superior británico
Los estudiantes internacionales de posgrado realizan una importante contribución a la economía del Reino Unido y a la viabilidad financiera y vida académica de muchas instituciones de educación superior. En el curso 2018-2019, por ejemplo, hubo más de 217.000 estudiantes internacionales de posgrado en el Reino Unido, lo que representa un 45% de los estudiantes de posgrado a tiempo completo (55% si se incluye a los estudiantes de la UE). Solo en Londres, las instituciones de educación superior atraen aproximadamente a 120.000 estudiantes internacionales al año que contribuyen £1.400 millones de libras con el pago de las matrículas. Estas instituciones albergan aproximadamente 172.000 puestos de trabajo y generan casi £17.000 millones anuales en bienes y servicios. Según London Higher, incluso un descenso del 10% en los ingresos procedentes de las matrículas de los estudiantes extranjeros en Londres llevaría a una pérdida anual de más de £190 millones.
Razones para la migración educativa
Los estudios realizados hasta ahora han subrayado los factores push-pull (de empuje y de atracción) en la migración educativa internacional. Los factores de empuje incluyen la disponibilidad de cursos y la accesibilidad en los países de origen, y el conocimiento y conciencia del país receptor; mientras que los factores de atracción incluyen los vínculos históricos y lingüísticos, las condiciones sociales en el país receptor, las redes migrantes existentes y las políticas preferenciales. Tal vez no resulte una sorpresa para el lector que la influencia de una crisis sanitaria mundial no se haya considerado con detenimiento en estudios anteriores.
Por lo tanto, realizamos una encuesta para desvelar cómo el COVID-19 ha afectado a la migración educativa internacional. Nuestras conclusiones apuntan a una simple ecuación de coste-beneficio:
migración educativa = experiencia estudiantil > coste de matrícula
Como señalaron nuestros participantes, la “experiencia estudiantil” se compone de los beneficios intangibles de vivir en el extranjero; la construcción en persona de redes con potenciales empleadores y colaboradores; amistades con compañeros; empleos y prácticas; oportunidades de viajar; conferencias y talleres internacionales; acceso a bibliotecas, archivos y museos; intercambios culturales; y otras oportunidades para ampliar los horizontes propios —aunque suene a tópico.*
La mayoría de los encuestados creían en efecto que la experiencia de estudiar en Londres compensaba los costes. De hecho, menos de la mitad afirmaron que era muy necesario estar en Londres para su programa de estudios; mientras que el 75% indicaron que era muy importante para su experiencia estudiantil. Como explicó un encuestado, “lo mejor de mi experiencia como estudiante de máster no fue la enseñanza en sí misma, sino vivir en Londres y hacer amigos”. Otro encuestado coincidió en que su grado era útil no por las clases, sino por “todo lo que hay alrededor (experiencias laborales, prácticas, oportunidades de construir redes en persona, la vida londinense)”. De esta manera, los beneficios intangibles parecen más relevantes que los costes reales asociados con estudiar en el extranjero.
El hecho de que solo la mitad de nuestros participantes se quedaran cuando Londres se confinó y las clases pasaron a ser virtuales demuestra la importancia de la experiencia estudiantil en sentido amplio. Los estudiantes que se marcharon lo hicieron motivados por el cierre de las instalaciones de las instituciones educativas, las cancelaciones de conferencias y la falta de socialización y de oportunidades de networking. De forma señalada, los estudiantes que se quedaron también citaron estos factores al explicar el efecto de la pandemia sobre sus estudios. Los cierres de fronteras, la disponibilidad de vuelos y las preocupaciones sobre la salud y la seguridad personales también estaban entre las principales razones por las que los estudiantes se marcharon. Tal vez sorprenda que las oportunidades laborales perdidas y las recomendaciones de los gobiernos nacionales para “volver a casa” no figuraban como consideraciones importantes.
Entre los estudiantes que se quedaron en Londres, las explicaciones más repetidas incluyen las dificultades de los gobiernos de los países de origen para enfrentarse adecuadamente a la pandemia, el miedo a contraer el COVID-19 durante el viaje y la necesidad de proteger a los familiares en casa. Hay que destacar que varios encuestados mencionaron la importancia de la comunidad estudiantil en Londres a la hora de quedarse, un factor que les proporcionó tanto una red física en la ciudad como la motivación para continuar sus estudios. Aunque la experiencia estudiantil limitada parece haber “empujado” a muchos estudiantes internacionales a volver a casa en medio de la pandemia, es evidente que su mínima expresión aún fue suficiente para “atraer” a otros para quedarse.
El futuro del sector de la educación superior en el Reino Unido
¿Qué implica esto para el sector de la educación superior británica, a la luz del nuevo modelo de prestaciones de la “nueva normalidad”? Como indicó uno de los encuestados, “no creo que pudiese justificar el altísimo coste de un contenido que es sobre todo online”. Muchos otros se hicieron eco de esta opinión, afirmando que, como estudiantes internacionales, pagar los mismos costes de matrícula por clases virtuales “no merece la pena”. Otra persona escribió sucintamente: “conocer a mis compañeros de clase fue uno de los aspectos más valiosos del curso, y eso ocurrió durante las pausas para tomar café, las conversaciones entre clases, etc. No creo que se pueda construir el mismo tipo de nuevas conexiones y amistades si simplemente haces clic en un enlace para ver una clase… no será lo mismo”. Así que la experiencia estudiantil parece tener un peso considerable para los estudiantes internacionales a la hora de decidirse por la migración educativa.
Mirando hacia el futuro, entonces, las universidades y gobiernos de todo el mundo deben tener en cuenta los beneficios intangibles de la migración educativa a la vez que reconocen los costes socioeconómicos de un potencial declive de las matrículas de estudiantes internacionales. Aunque no se puede extraer conclusiones de una generalización, los sectores de la educación superior en países muy dependientes de los estudiantes internacionales, especialmente EE.UU., Canadá, Australia y el Reino Unido, tendrán que responder algunas preguntas difíciles y buscar soluciones creativas a la cuestión de cómo abordar e incluso asegurar la viabilidad de la educación superior en la “nueva normalidad” en la que ahora vivimos.
* No estaríamos escribiendo este artículo si no hubiéramos decidido ambos realizar nuestros estudios de doctorado en el Reino Unido o si hubiéramos regresado a casa durante la pandemia.
Marnie Howlett
Marnie Howlett es canadiense y estudiante de doctorado en el Departmento de Relaciones Internacionales en la London School of Economics. Su investigación se interesa por la geografía política, la cartografía y el nacionalismo. Sigue a Marnie en Twitter: @marnie_howlett.
Dean Thompson
Dean Thompson es australiano, abogado y estudiante de doctorado en el Instituto de Estudios de la Commonwealth, de la School for Advanced Study. Su investigación se interesa por el derecho y la política migratorios, en especial en lo que respecta a la migración y a los migrantes irregulares.